En las bodas de verano, el abanico resulta un complemento imprescindible para la novia, especialmente si la boda coincide con una ola de calor. En mi opinión, aparte de por elegancia y sofisticación, el abanico puede ser el complemento más funcional para la novia el día de su boda.

           El abanico te ayudará a combatir el calor, evitando con su uso la aparición de brillos, conseguiras que tu maquillaje dure más y resulta un precioso complemento que te dará mucho juego en las fotografías.

           Puedes decantarte por un abanico liso o de encaje, blanco o de color a juego con el ramo y en las novias más atrevidas el abanico puede ir a juego con los bordados del vestido o con los super demandados zapatos de color. Yo personalmente tengo predilección por el tradicional abanico blanco de encaje y me encantan las novias que lo envuelven durante unos días en un pañuelo con el perfume que van a llevar el día de la boda, de forma que al tiempo que se abanican consiguen transmitir aun más la sutileza de la esencia escogida para este día especial e inolvidable.

          Mientras no lo utilizas llevalo en la mano junto con el ramo, abrelo con un suave pero enérgico movimiento de muñeca, tanto a la hora de abrirlo como a la hora de usarlo evita los movimientos bruscos y agresivos.

          Independientemente de que seas la novia, madrina o una invitada a la boda, no dudes en incluir un abanico que vaya bien con el look que vas a lucir el día de la boda.

          Existe un lenguaje de los abanicos aunque en la ctualidad se encuentra en deshuso, aunque no está de más conocerlo, mi consejo es que uses tu abanico con naturalidad y que disfrutes del día de tu boda.

          Hay novias que optan, al igual que hacen con el ramo, por regalar el abanico de novia. Este momento sule ser especial y emocionante, recuerda escribir una nota personalizada para la persona a la que le vas a regalar tu abanico de novia.